¿Fue Klay el Mejor?

La pregunta del nuevo aficionado

Entiendo. Empezaste a ver baloncesto en 2020 o después. Solo viste sus triples imposibles tras lesiones, con el sonido ‘splash’ en bucle. Pero cuando dicen ‘fue invencible en 2018–19’, te preguntas: ¿leyenda o mito?

Llevo años analizando eficiencia con Python y datos de Synergy Sports. Vamos a cortar el ruido.

Los números detrás del hype

En la temporada 2018–19, Klay promedió 21.5 puntos por partido, lanzó 44.7% desde más allá del arco y jugó casi 35 minutos por encuentro — siendo uno de solo tres jugadores que intentó más de 500 triples esa temporada.

Pero aquí está lo que muchos pasan por alto: no solo disparaba bien — también defendía a nivel élite. Sus win shares defensivos estuvieron entre los cinco primeros entre aleros ese año.

No era un purista anotador como Steph Curry; era un lancero de volumen con espaciado excepcional, lo que hacía difícil marcarlo incluso bajo doble equipo.

La historia real: el contexto importa

Aquella temporada, Golden State tenía dos jugadores All-NBA (Curry y Durant) y un tercero (Klay) que promediaba más de 20 PPG con una efectividad del tiro del 67%. Eso no es sostenible… pero tampoco fue casualidad.

Su porcentaje verdadero de tiro (TS%) de 64.3% se ubicó entre los seis mejores entre aleros clasificados — superior al de James Harden o Luka Dončić ese año.

Y sí, su precisión en tiros tras recibir el pase (catch-and-shoot) alcanzó un 47%, una de las mejores registradas por métricas avanzadas.

Así que no es nostalgia: es análisis estadístico lo que revela algo real ocurrió en ’18–’19.

¿Por qué los fans lo olvidan ahora?

Ves sus instantáneas actuales — quizás un resumen donde anota 37 puntos ante Brooklyn en cinco minutos — y piensas ‘ese fue su pico’. Pero olvidan que entonces jugaba sin lesiones graves, con un compañero superestrella a nivel MVP, y dentro de un sistema basado en pick-and-roll, movimientos e inteligencia táctica.

No fue solo sobre Klay calentando; fue sobre él siendo la pieza perfecta en una máquina ofensiva.

Confundimos rendimiento bajo condiciones ideales con legado solo por eso… pero los datos muestran que Klay no solo sobrevivió; floreció dentro del entorno.

Veredicto final: Nivel élite… ¿pero qué tipo?

La respuesta corta: sí, Klay Thompson alcanzó el nivel élite durante sus temporadas máximas — especialmente 2018–19. Pero lo único único no es el volumen ni el porcentaje… sino cómo lo hizo con eficiencia mientras asumía responsabilidades defensivas y química colectiva.

No era solo ‘un lanzador’. Era arquitecto de espaciado, ritmo y distribución del peso ofensivo en cada posesión.

Si eres nuevo en análisis baloncestístico o llegaste tarde al partido: no creas todo lo que ves en clips virales. La verdad está en patrones medibles — no solo momentos memorables.

Así que la próxima vez alguien pregunten si “Klay Thompson realmente alcanzó su cima”, apúntalos aquí: no solo porque metió tiros, sino porque hizo funcionar sistemas.