El mito de la edad en el baloncesto

Recuerdo ver ese partido por primera vez en la universidad: yo solo, una laptop en la mesa de mi cocina en el South Side de Chicago, y una incredulidad silenciosa. ¿A los 39? Jugando casi todos los minutos de las Finales? Y no solo sobrevivió… ¡dominó!

Una clase magistral de eficiencia

En el Juego 6 de las Finales de 1987, Kareem jugó solo 29 minutos pero anotó 32 puntos con 13 de 18 tiros, una noche casi perfecta desde el campo a una edad en la que muchos ya planean su vida tras la NBA.

Sus promedios en la serie: 21.7 PPG, 7.3 RPG, 2.5 BPG y un impresionante 51% FG—números que impresionarían a cualquier pívot moderno.

Esto no fue suerte ni nostalgia: fue ejecución elite bajo presión.

Por qué rompe narrativas actuales

Vivimos en una era donde la “edad” se arma contra jugadores antes siquiera de que entren en su apogeo. ¿Puede correr? ¿Defender? ¿Todavía tiene explosividad? Pero Kareem no necesitaba ser explosivo: era económico. Usaba su tamaño como artillería precisa.

Disparaba sobre el 50% desde su posición habitual—el mismo lugar donde hoy los jóvenes pivotes pasan horas perfeccionando movimientos con análisis por IA.

Y sin embargo… nadie lo menciona como modelo de longevidad.

Los datos no mienten (pero los ignoramos)

Sea claro: esto no fue un caso aislado.

• Jugó temporadas completas hasta sus finales de los treinta.
• Lideró la NBA en anotación a los 36 años.
• Ganó dos títulos después de cumplir los 35.
• Su porcentaje de tiros cayó entre 46–48% durante esos años—todavía élite para cualquier centro hoy.

Y sin embargo tratamos estas estadísticas como reliquias, no como referencias. Si te dijera en 2024 que un jugador puede promediar más de 20 puntos a los 40 con >50% FG y mantener impacto defensivo… dirías que es lógica del fantasy football. Pero Kareem lo hizo… sin tecnología wearable, sin protocolos de recuperación ni presupuestos millonarios para rehabilitación. Lo hizo porque entendía mejor el baloncesto que casi nadie vivo entonces… o ahora.

Lo que significa hoy

Cuando hablamos sobre construcción de roster o valoración deportiva, siempre escuchamos términos como impacto, atlétismo, ritmo… pero ¿y la eficiencia, la consistencia o el IQ del juego? Kareem encarnaba todo eso—but no vende camisetas ni genera clics como resúmenes espectaculares. Glorificamos la juventud mientras desechamos sabiduría—no porque esta última importe menos, sino porque no entra en nuestros algoritmos ni nuestra economía atencional. Eso no es justo: es un sesgo que debilita el diseño estratégico del fútbol profesional a largo plazo. Por eso, cuando alguien diga que la edad arruina el rendimiento… detente. Abre tu base Synergy Sports y revisa quién realmente dominó a gran escala tras cumplir treinta y cinco—o mejor aún: vuelve a ver el Juego Seis del ‘87.